La relación entre la temperatura y el consumo de pienso es un factor que incide directamente en la rentabilidad de la explotación porcina.

El gasto en alimentación es uno de los elemento importantes en los costes totales de la producción ganadera. Mantener las condiciones ambientales en un rango de temperaturas adecuadas nos ayudará a optimizar el presupuesto que destinamos a los piensos. Ese rango adecuado dependerá de la fase de desarrollo del animal, pero en cualquier caso, con temperaturas frías el animal debe compensar la pérdida de calorías aumentando la ingesta. 

Por otra parte, mantener esas condiciones ambientales adecuadas también supone un coste adicional en calefacción y refrigeración. Por este motivo, en las explotaciones profesionales se busca un equilibrio entre el ahorro en pienso y el gasto energético. Este punto de equilibrio incide en la optimización económica de la explotación ganadera.

La incidencia económica de estos factorers es bien conocida y analizada en la ganadería intensiva, pero también hay que valorar esta incidencia económica en otros campos como mascotas. Residencias, criadores, protectoras y en general todo núlceo zoológico que gestione de forma profesional un número elevado de animales, comprueban que al instalar un adecuado sistema de calefacción se ahorra en pìensos.